El acero mezclado con hierro y carbono ha sido históricamente muy relacionado como material para la fabricación de armas y herramientas gracias a su alta resistencia y dureza. Sin embargo con el pasar del tiempo ha ido evolucionado tanto en su composición y aleaciones, como en sus aplicaciones.
Muestra de ello es que a inicios del siglo XX el acero inoxidable resulta de una combinación de acero con un 10 % mínimo de Cromo y otros elementos como el titanio, níquel, molibdeno, entre otros.
Su principal particularidad es su alta resistencia a la corrosión, ya que el cromo y los otros metales tienen gran afinidad con el oxígeno, ante el cual reaccionan formando una capa pasivadora (como una película de enmascarar) que evita la corrosión.
Ventajas del acero inoxidable
- Se destaca su alta resistencia a la oxidación y la corrosión.
- Es muy higiénico, hasta el punto que se usa con éxito en la industria farmacéutica, alimentaria, automotriz y construcción.
- Muy resistente al calor. Es de fácil fabricación, mantenimiento y limpieza. También es de bajo coste.
- Gracias a su mínima pérdida de carga, permite mayores velocidades de fluido.
- Registra una menor conductividad térmica frente a otros materiales.
- Es 100% reciclable.
- Si uno de sus componentes es el molibdeno responde adecuadamente en ambientes clorados. Ofrece buena resistencia tanto a la oxidación como a las picaduras por altas temperaturas y brinda gran resistencia mecánica.
- Estéticamente hablando tiene un excelente acabado decorativo que evita en gran parte gastos adicionales en protección exterior y pintura.
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